Antes de seguir con el desarrollo de las aulas diversificadas, tengo una deuda pendiente que voy a saldar ahora mismo con aquellas maestras, docentes, madres y padres que asistieron a las IV jornadas nacionales sobre altas capacidades en Barcelona, en diciembre de 2015. Aunque esta comunicación se incluiría en las actas de estas jornadas, prometí a unas asistentes que la publicaría en mi blog. Las urgencias de la vida te llevan a ir dejando aparcados compromisos. Pero esto no puede esperar más. Así que, aquí está por fin.
PEDAGOGÍA DE LA FASCINACIÓN: DEVOLVER A LOS ALUMNOS LA PASIÓN POR APRENDER, INVESTIGAR, CREAR.
Los niños son curiosos por naturaleza y les gusta aprender aquello que necesitan o que les atrae irresistiblemente. Pero cuando llegan a los centros educativos, se encuentran dentro de un sistema que les obliga a conseguir determinados aprendizajes programados por los adultos, les guste o no lo que les están enseñando. Esto también es válido para los alumnos más capaces. Hay niños que detestan aprender sobre una o varias áreas del conocimiento porque su experiencia escolar ha sido aborrecible. Pero cuando se encuentran con un docente que logra despertar de nuevo su curiosidad, cambian radicalmente de perspectiva.
Esto es lo que tratan de conseguir los profesionales que se identifican con el movimiento “pedagogía de la fascinación”: provocar emociones en las aulas en cualquier situación de enseñanza, para despertar la curiosidad y favorecer los aprendizajes de los alumnos. Para ello realizan cambios en el contenido, en los procedimientos didácticos, en las tareas, en el entorno de aprendizaje y en el sistema de evaluación. Y los alumnos con altas capacidades intelectuales, con una sensibilidad emocional más alta, responden con mayor entusiasmo a este tipo de dinámicas que no son nuevas, pero que se aplican sólo por un número reducido de docentes. En esta intervención, se relatarán buenas prácticas que favorecen los aprendizajes tanto en aulas ordinarias como en aulas diversificadas.
EL CURRÍCULO, UN CÍRCULO VICIOSO
El currículo escolar está construido como una especie de espiral que progresivamente se va haciendo más amplia. El punto de inicio de esa espiral es un gran círculo, dividido en sectores. Podemos imaginarnos que cada uno de esos sectores simboliza un bloque temático de una determinada asignatura. De hecho podemos imaginarnos una espiral por asignatura, desarrollándose todas al unísono, en una especie de danza armónica. Conforme avanzamos en cada espiral pasamos curso tras curso por cada uno de esos sectores, enseñando y aprendiendo sobre los mismos temas, pero vistos en cada vuelta con un poquito más de amplitud. Curso tras curso, hablamos de números naturales, pero en cada nivel incorporamos alguna novedad más compleja. Nos referimos año tras año a los seres vivos, trabajamos con estructuras gramaticales, con información sobre el lugar donde vivimos, pero facilitando un poquito más de información que el año pasado.
¿Cuántos padres han oído de sus hijos las siguientes palabras?: “¡Otra vez hemos empezado con las sumas, las restas, las multiplicaciones! ¡Vaya rollo! Y vamos a estar así un mes!!.” Y… ¿cuántas veces se han quejado al volver del instituto de que dos profesores de asignaturas diferentes, han visto el mismo tema durante el mismo curso, y a veces los mismos días?.
Si apostamos por la aceleración de contenidos como medida de atención, damos por hecho un avance más rápido a través de este currículo. Pero en la práctica esto no supone más que seguir el camino de la espiral, no abandonar la ruta a través de los mismos bloques temáticos. Los alumnos son evaluados con el criterio que en cada punto corresponde a todos los alumnos, y que a la definitiva va a concretarse en cómo han memorizado determinados datos, y cómo son capaces de resolver ejercicios que otros miles, millones de alumnos han resuelto antes que ellos.
La aceleración, sin más, no cambia la dinámica escolar. No responde a los intereses de los alumnos, porque sólo se centra en dar contenidos de cursos más avanzados. Pero el alumno debe seguir formando parte del mismo sistema de enseñanza dirigida. Lo que cambia es el grupo en el que el alumno forma parte, o su libro de texto y cuadernos de trabajo. Pero no garantiza que la escuela se adapte al alumno, sino que se refuerza la adaptación del alumno a la escuela, sobre todo en los centros educativos con un sistema de enseñanza tradicional.
Una atención adecuada a los alumnos con altas capacidades requiere algo más que una mera aceleración de contenidos, algo más que volver una y otra vez sobre los mismos bloques temáticos. Requiere salir del círculo vicioso, romper con la dinámica pasiva de la enseñanza dirigida, y modificar contenidos, procesos, productos, entornos y sistemas de evaluación. Y ahí es donde entra la apuesta que defiende el colectivo que ha tomado como distintivo la expresión “Pedagogía de la Fascinación”.
UN EJEMPLO REAL
Situémonos en otoño del 2014. El virus del ébola se ha hecho dueño de los informativos. Provoca una enfermedad muy infecciosa, con alta tasa de mortalidad, sin cura conocida. Si el sistema inmunitario puede con ella, te salvas, pero en caso contrario, mueres. Una maestra del colegio Calixto Ariño de Zaragoza imparte la asignatura de Lengua Castellana a su grupo de 6º de primaria. Decide sustituir la parte del libro de texto de esta asignatura por una inmersión en la cruda realidad.
Comienza con una forma muy peculiar de inocular la curiosidad a sus alumnos e introducirles en este tema de actualidad: les propone un juego de simulación. Se llama “Pandemia”. Es un juego cooperativo, difícil de superar aun para los jugadores expertos. Los alumnos forman cuatro equipos. Asumen los roles de investigadores del Centro de Enfermedades Infecciosas de Atlanta. Cuentan con recursos limitados, con tiempo limitado, y con cuatro enfermedades infecciosas desconocidas expandiéndose por el mundo. Deben encontrar las curas de esas cuatro enfermedades colaborando, diseñando estrategias eficientes, viajando simuladamente por el mundo, coordinándose entre sí. Ganan todos o pierden todos, no hay punto intermedio. El reto es vencer las dificultades que pone a los jugadores el sistema de juego.
La primera ronda es un desastre; cada equipo es incapaz de comunicarse con los demás; no están acostumbrados a este tipo de experiencias. La maestra les hace una advertencia seria: si no se coordinan, fracasarán. La alumna con mayor capacidad del grupo asume la responsabilidad. Habla con su equipo, y a continuación empieza a pedir al resto de equipos que realicen determinadas acciones; espontáneamente se convierte en la directora de toda la experiencia. Algunos compañeros empiezan a reaccionar e intercambian recursos. Otros se quedan como observadores pasivos, pero enganchados a la dinámica. Finalmente, por muy poco, se acaban los recursos y la clase fracasa: sólo han conseguido la curas de tres enfermedades.
Pero la curiosidad ya ha sido inoculada. La maestra mantiene la estructura de los equipos de investigación, y se ponen a recopilar datos sobre el ébola. Cada equipo colabora en la creación de un periódico a través del que se ofrece información de los países afectados, de la propia enfermedad, y de los casos españoles. Lo que más les interesa es el mecanismo de transmisión, y cómo evitar el contagio: hay que ser precavidos.
Finalmente, la unidad concluye con un relato en formato de diario, en el que cada “investigador” cuenta su experiencia desde que es contratado como ayudante del Centro de enfermedades infecciosas de Atlanta, hasta el día en el que se consuma el desastre y la Humanidad es azotada por una plaga no controlada. Esto es trabajar por competencias, y los alumnos van a ser evaluados por sus tareas, su domino de la expresión escrita en diferentes estilos, sus competencias para buscar y seleccionar información, y para transmitirla con eficacia. La memorización de datos pasará a jugar un papel más secundario.
Durante esa quincena, los alumnos se han expresado oralmente y por escrito, han utilizado las herramientas informáticas de búsqueda y selección de información, se han puesto en el papel de un equipo de redacción de un periódico, han vivido simuladamente la ansiedad que sufren los investigadores que necesitan encontrar una solución a un problema humanitario grave, y sobre todo, han descubierto, si no lo habían hecho ya, que ahí fuera, en el entorno en el que viven, existen problemas importantes que necesitan resolución, problemas que podrían afectarles a ellos más tarde o más temprano.
En las siguientes quincenas, la maestra va sustituyendo las lecturas poco interesantes y los ejercicios rutinarios con los que se rellenan los libros de texto de Lengua Castellana de 6º de Primaria, por temas de actualidad: aprovecha que hay una exposición de momias en Caixa Forum, para tocar el tema del antiguo Egipto antes de la visita: la mitología, la escritura, el sistema de numeración, nociones históricas, todo ello a través de la investigación documental. Como también es la maestra de Plástica, aprovechan la asignatura para construir un juego de mesa, el Senet, con todos sus elementos. Cuando llega la visita, los alumnos tienen capacidad para corregir al guía de la exposición, cuando se equivoca.
Después llegará la crisis económica griega, que dará lugar a sumergirse en la antigua cultura helena, desembocando en el concepto de democracia; el día de la Constitución, que servirá para fundar una ciudad-estado, al estilo de las antiguas polis griegas, y por supuesto, consensuar entre todos los alumnos una constitución propia; y esta fundación no se quedará en papel. Cada alumno será un habitante, construirá su propia casa, tendrá que pagar sus impuestos para crear los servicios públicos. Y el dinero virtual lo obtendrán aplicando un sistema que se ha puesto de moda pero que en educación es tan antiguo como ella misma: la gamificación. Los alumnos obtendrán dinero virtual si realizan sus tareas obligatorias: dictados, ejercicios de conjugación verbal, sintaxis, lecturas y redacciones… Pero sobre todo ganarán dinero extra si ayudan a sus compañeros en clase, si recogen el aula, si cumplen con los horarios,… Ese dinero servirá también para comprar servicios para sus viviendas.
Y determinados personajes ilustres visitarán su ciudad: ellos tendrán que interpretar el rol de dicho personaje, el que elijan, dentro de sus modelos favoritos. Y llegará el día de las elecciones municipales, y los alumnos también votarán a su alcalde-presidente y a sus concejales.
Y entre medio, habrán conseguido dinero virtual buceando en las leyendas locales, en la vida de artistas famosos, y…
SÓLO SE APRENDE AQUELLO QUE NOS INTERESA
Con este ejemplo he querido mostrar qué es lo que busca un movimiento como la Pedagogía de la Fascinación: devolver sobre todo a los niños y jóvenes la ilusión por aprender dentro del sistema educativo, generando emociones que enciendan la curiosidad de los alumnos. La neurociencia está corroborando lo que algunos docentes con vocación y experiencia conocían de manera intuitiva. Francisco Mora lo defiende con claridad en la portada de su libro “Neuroeducación”: sólo se aprende aquello que se ama… y yo apostillaría, … y aquello que se necesita imperiosamente… aquello que nos interesa de verdad.
Y esto se consigue fundamentalmente a través de dos vías:
1º Un cambio en la gestión de los contenidos del currículo. Se incorporan temas fascinantes para los alumnos, bien mediante preguntas inteligentes por parte del docente, que engarza estos temas con los estándares de aprendizajes básicos, o bien aprovechando las aportaciones de los alumnos sobre aquello que les interesa o les ha despertado curiosidad. Y, por supuesto, presentando contenidos que sobre el papel podrían ser poco o nada atractivos, con estrategias y buen hacer propios de los docentes vocacionales, provocando emociones más intensas.
2º Un cambio en el proceso de enseñanza-aprendizaje (procedimientos metodológicos, productos, entornos favorecedores y formas de evaluar más lógicas). Se busca no sólo el aprendizaje activo, la participación del alumno, sino también que éste pase a ser el verdadero director de dicho aprendizaje. El docente pasa a ser el acompañante en esa tarea, el tutor, el guía. Deja de ser la fuente de información, puesto que ésta se encuentra mucho más cercana y en mayor cantidad fuera de los centros educativos, y su tarea debe ser facilitar el acceso de esa información externa a la escuela o el instituto. Y la enseñanza dirigida da paso a aprendizajes basados en proyectos, agrupamientos cambiantes por centro de interés, rincones o centros de aprendizaje para trabajo individualizado, simulaciones, y en suma, una apuesta por el aula diversificada o diferenciada. Y estas aulas no son propias de colegios privados, sino que son compatibles con cualquier tipo de organización escolar, desde aquellos con entornos muy flexibles, hasta las rígidas aulas de los colegios o institutos urbanos.
Pues bien, estos dos cambios se convierten en un mecanismo poderoso para atender a los alumnos de altas capacidades en los centros educativos. Fundamentalmente, porque les provocan emociones intensas, y ya sabemos que este tipo de alumnado es sensible a este tipo de situaciones. Se multiplican los eventos con los que se despierta su curiosidad. El docente debe conocer cómo aprovechar las dos vías anteriores.
Por lo que respecta a los contenidos fascinantes, los docentes necesitan conocer qué temas provocan la curiosidad de los alumnos más capaces. Hay algunos temas que coinciden con el resto de alumnos, pero otros, por su especial sensibilidad, se repiten una y otra vez en las listas de sus preferencias: los límites de la realidad y la fantasía, los límites de lo permitido y lo prohibido, y los límites entre la seguridad y el peligro.
Relacionados con estas dimensiones, se despliega un abanico de temas, que el docente puede aprovechar para enlazar con la dinámica de la clase, o como propuesta en proyectos de desarrollo de capacidades o de profundización de conocimientos. Una muestra de estos temas la encontramos en la siguiente imagen, relacionados con los límites de la realidad y la fantasía.
Hay docentes que nos plantean que ellos no pueden introducir estos temas porque tienen que seguir un programa. Falso. Podemos relacionar temas que fascinan con el programa. Podemos conseguir que alumnos que sólo están interesados por un determinado tema, se abran a más posibilidades. La solución pasa por crear diversidad: aplicar unas sencillas reglas que la naturaleza utiliza para generar diversidad, y que nuestro cerebro también emplea para generar ideas nuevas, para promover la creatividad: mezclar, introducir cambios, asociar, combinar, establecer redes conceptuales, componer o exaptar ideas son mecanismos que nuestra mente utiliza para obtener nuevas soluciones. Una mente flexible que sea consciente de que puede utilizar estos mecanismos, estará preparada para engarzar unos temas con otros. Así, por ejemplo, el interés por el cosmos puede derivar hacia una introducción a la carrera espacial y lo que ella supuso en la época de la Guerra Fría, conectando con una etapa histórica contemporánea en la que entraron en juego multitud de variables, entre ellas el espionaje y los servicios de inteligencia. O el tema de energía puede relacionarse con la capacidad de que disponen determinados seres vivos de generar su propia fuente de electricidad, de luz, y acceder al conocimiento de la extraña fauna que puebla los fondos abisales, o el papel de la química en la producción energética o en la generación de toxinas por diferentes tipos de animales y plantas… Las posibilidades son infinitas.
Por lo que respecta a la segunda vía, el objetivo es que el alumno aprende haciendo, no siendo un receptor pasivo de la información. Métodos hay muchos, pero la apuesta decidida es utilizarlos todos en los momentos adecuados. La mejor manera de llevar esto a cabo es a través del modelo de aulas diversificadas o diferenciadas. Pero independientemente de la metodología que se aplique en un momento determinado, lo indispensable es tener en cuenta una estrategia que todos los alumnos, especialmente los de la etapa secundaria, han valorado positivamente: facilitar la elección de tareas. Porque podemos llegar al dominio de objetivos y competencias por varias caminos, a través de diferentes actividades y trabajos. Cada alumno, según sus fortalezas y debilidades, prefiere llegar a una meta por caminos diferentes. Las aulas diversificadas permiten esa variedad de caminos. La elección de actividades provoca una respuesta emocional favorable por parte del alumno. Se responsabiliza de su elección mediante la firma de un contrato de aprendizaje. Y la evaluación, que sigue siendo un proceso fundamental, otorga un peso específico mayor a los resultados de las diferentes tareas (mediante porfolios o rúbricas), que a los tradicionales exámenes de memorización de contenidos o de preguntas estandarizadas, que no se eliminan, pero que dejan de ser el objetivo final de la formación.
Provocar emociones en todos los alumnos, y en especial en los alumnos más capaces. Esa es la estrategia. La emoción despierta la curiosidad, ésta el interés y un entorno adecuado hace el resto. De ahí que muchas de estas experiencias todavía no encuentren una gran expansión en las aulas ordinarias, pero si en experiencias propias para alumnos con altas capacidades, como los programas de desarrollo de capacidades o de profundización.
LA MAREA SE EXTIENDE
Cada vez son más los docentes que quieren emocionar a sus alumnos, porque saben que esa es la clave para que ellos aprendan. Y se están dando cuenta de que de esta manera, los alumnos que más aprovechan esa dinámica son precisamente los alumnos más capaces, aunque hayan conseguido también una notable mejoría en el clima de sus aulas y en la implicación de todos sus alumnos, incluyendo aquellos más díscolos y rebeldes. Aquí tenemos varios ejemplos:
http://menosesmas2011.blogspot.com.es/p/pedagogia-de-la-fascinacion.html (blog de la maestra Pilar Andrés).
https://www.facebook.com/EstimuloDelPensamientoCreativo/
(Estímulo del Pensamiento Creativo)
https://www.facebook.com/Ingenia_Pedagog%C3%ADa-de-la-Fascinaci%C3%B3n-399801973494479/?fref=ts (Ingenia, Pedagogía de la Fascinación.)
También han resultado experiencias muy interesantes en grupos más homogéneos, a los que me he referido ya en más de una ocasión:
https://vimeo.com/channels/cientificocreativo (I Jornadas Cientifico-Creativas, experiencia asociada a centros con Proyecto de Desarrollo de Capacidades de la Comunidad de Aragón)
http://jcbarrancoe.wix.com/pedagogiafascinacion (Web principal del colectivo)
CONCLUSIÓN
Los alumnos más capaces necesitan una diferenciación curricular, que combine adecuadamente aceleración, puesta en marcha de niveles de pensamiento más complejos, enriquecimiento, y contenidos interesantes, pero coinciden con en el resto de alumnos en que también necesitan emocionarse para aprender, desde el primer momento, incluso antes de ser identificados, cuando se tienen que aplicar las medidas generales previstas para atender sus necesidades educativas. Aprender no es memorizar para pasar un examen. Aprender es incorporar a la vivencia personal de forma indeleble unos conocimientos o unas experiencias. Y sólo se aprende aquello que nos interesa.